lunes, 12 de diciembre de 2011

12-12

Atado a las letras indelebles de un renglón eterno que no acabaré nunca de leer, que ya no interesa siquiera intentarlo, que lleva años guardando el mismo silencio, siempre igual, repetitivo y permanente. Sin desenlace, sin ni siquiera un nudo, solo lleno de eso que pienso cuando no estoy acá, cuando cierro los ojos y no me veo; de nada realmente.